Historias Sobre el Fondo
en Azerbaiyán
Primera historia:
Mi nombre es Iqan. Cuando yo tenía sólo seis años, mi madre me contó a mí y a mis hermanas historias sobre contribuciones sacrificadas y generosas en el camino de Dios y cómo la generosidad abrió las puertas a las bendiciones. Ella nos contó historias de 'Abdu'l-Bahá y Su consejo de que, "Quien viene con un buen acto, Dios le dará diez veces". Mis padres solían darme un estipendio semanal para poder pasarla en la escuela. Compré helados y bocadillos durante el tiempo de descanso. Esa semana decidí no comprar helado y guardar el dinero para darlo en el camino de Dios. Mi hermana mayor y mis padres fueron impactados por mi decisión porque sabían lo mucho que me encantava el helado. Me preguntaron si me había vuelto loco, y les aseguré que estaba bien !!
Pasaron unas semanas y mi madre nos llevó a mí ya mis dos hermanas a visitar a la abuela Maryam. Ella tenía 70 años y vivía en otro barrio. La visitavamos de vez en cuando. Antes que entraramos en su casa, todos nos detuvimos para quitarnos los zapatos y la abuela Maryam vino a mí con los brazos abiertos para abrazarme y besarme, lo cual normalmente no me gustava, pero ella es mi abuela cariñosa. Luego me ofreció un billete de 20 Manat. Yo estaba feliz y confundido porque la abuela sólo me dio a mí y no a mis hermanas ... Después de que ingresamos me dijo que era por mi cumpleaños del mes pasado. Estaba tan feliz por el dinero que no quería gastrlo; No porque necesitaba efectivo o nunca había visto antes un Manat, sino porque 'Abdu'l-Bahá había cumplido Su promesa !! Sentí que el regalo era de Él cuando decía: "El que viene con un solo acto bueno, Dios le dará diez veces".